Por Vanessa Franco

 

Un artículo publicado en Vivir en este mundo narra la historia de un científico reconocido, que en los años noventa intentó establecer en México una clínica en la que se aplicaría la terapia celular con células madre para el tratamiento de distintas enfermedades, sin embargo, el proyecto no tuvo éxito alguno ya que, como es de conocimiento público, en nuestro país pocas veces se apoya a quienes por medio del estudio y la dedicación buscan el bien para la salud de los mexicanos.

 

Los pretextos para no permitir el uso de células madre fueron muchos y finalmente los científicos tuvieron que recorrer varias ciudades del mundo para hacer realidad su proyecto, hasta que llegaron a Praga, República Checa y más tarde en las Bahamas donde se lograron establecer y tratar a miles de personas con células madre (liofilizadas), pero con costos que solo personas con posibilidades económicas muy elevadas podían costear.

 

Años después al regresar a nuestro país el autor se encontró con el trabajo realizado por el doctor Gerardo Martín González López y su grupo de médicos militares especialistas en Medicina Regenerativa y del Desarrollo y señala en su publicación lo grato que fue encontrarse con alguien que logro realizar lo que él no pudo años atrás.

 

“Tengo en mis manos el libro sobre la materia publicado hace cinco años cuyo contenido es de una enorme sabiduría científica; además, no he hallado técnicas comparables en ninguna de las clínicas del mundo que realizan trasplantes de células madre. La invención del doctor Gerardo Martín es absolutamente genial, tanto en la replicación de células madre como en el vehículo y moléculas empleadas para su preservación e infusión intravenosa”.

 

Esta historia que puedes leer completa aquí no está más alejada de lo que el doctor González López ha enfrentado para lograr el estudio y la aplicación de la terapia de regeneración celular a base de inductores pues las trabas que se ha encontrado en el camino no han sido fáciles de brincar, pero hoy gracias a Dios, al apoyo de las autoridades entrantes, a la perseverancia, la dedicación y conocimientos de este científico ya contamos en México con el nivel cinco de la medicina regenerativa.

 

Esta terapia consiste en aplicar moléculas inductoras las cuales multiplican las células troncales dentro nuestro propio cuerpo y así logra regenerar los tejidos u órganos daños por enfermedad o el propio envejecimiento.

 

Además, hay que mencionar que distintos científicos de países desarrollados como Suiza han intentado comprar la patente y así adueñarse de esta terapia que sin duda les dejaría ganancias exorbitantes pero, la respuesta que han recibido por parte del descubridor es un rotundo “no” ya que “esta es una terapia que Dios me ha dado para salvar la vida de las personas y así mitigar el dolor que muchos sufren, especialmente los niños que tienen alguna enfermedad, si yo la vendo no estaría cumpliendo con la enmienda que el Señor me ha dado. Esa es mi misión en la vida y así será hasta que él me de las fuerzas”.

 

Hay que resaltar que como lo menciona el articulo “en medicina antienvejecimiento, posiblemente sea el recurso más útil de todos los existentes para vivir una edad avanzada con bienestar, situando en lugar secundario la prolongación de la vida”, puesto que los resultados han sido muy grandes y eso se puede ver en tantas personas que han recuperado su salud y que han dado su testimonio, siempre dando las gracias al doctor González por haber descubierto la terapia de regeneración a base de inductores.

También cabe señalar que científicos de todo el mundo han mencionado y reconocido en sus investigaciones que una terapia a base de moléculas que repliquen las células madre dentro del cuerpo sería la solución para enfermedades como el cáncer, Parkinson, insuficiencia renal, artritis reumatoide, por mencionar algunas.